El entendimiento del hombre andino sobre el universo estaba profundamente entrelazado al entendimiento de la naturaleza y de sus ciclos. En un entorno tan diverso geográficamente, hay una manifestación igual de rica en la biodiversidad. Esto hizo que el hombre andino, en pos de su supervivencia fuera un entusiasta observador de la naturaleza y de los cielos tratando de entender su interrelación. Esto lo llamamos cosmovisión inca.
Al igual que otras culturas naturalistas alrededor del mundo, pudo concebir los espacios también como escenarios de interrelación de vida, en sus aspectos naturales y sobrenaturales, los que comprendía y lo que no. Así éstos discurrían por el tiempo como ciclos, que se repetían mientras fluimos por la vida y el universo. Así, su percepción tiempo-espacio es completamente diferente a la occidental.
A partir de ésta visión, desarrollo un sistema de vida, un equilibrio entre el uso de la naturaleza y el respeto a su naturaleza sagrada, reflejo en los cielos sus calendario, hizo alianzas, dirigió el poder político no sólo desde la intervención de la fuerza y las armas, sino del manejo mágico religioso de la vida.
A partir de la invasión, mucho de este conocimiento que contribuye aun en la actualidad a grandes logros de la humanidad, fue sistemáticamente destruido, dejando espacio a la especulación y a la imaginación. De nuestra parte, tenemos el compromiso del rescate serio, consistente, científico y afectivo de los saberes antiguos referidos a la cosmovisión inca
En una visita al Planetaria, podremos compartir éstas y otras reflexiones sobre la cosmovisión inca, conociendo también la astronomía actual y nuestros cielos del Sur.
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