Este relato es una de las dos leyendas sobre el origen de los incas. Fue escrita por primera vez en la obra Suma y Narración de los Incas por Juan de Betanzos.
Cuenta que de una cueva del cerro Tamputoco (provincia de Paruro) salieron cuatro hermanos con sus respectivas hermanas y esposas: Ayar Manco y Mama Ocllo; Ayar Cachi y Mama Cora; Ayar Uchu y Mama Rahua y Ayar Auca y Mama Huaco.
Juntos se dirigieron hacia el noreste en busca de tierras fértiles. En el trayecto, Ayar Cachi hacía alarde de su extraordinaria fuerza física, por lo que sus hermanos le hicieron regresar al cerro Tamputoco para recoger algunos objetos olvidados. Cuando Ayar Cachi ingresó a una cueva un emisario de Ayar Manco provocó un derrumbe que cerró la entrada.
Los siete hermanos continuaron su camino hasta que llegaron al cerro Huanacaure. Aquí encontraron un ídolo de piedra y cuando Ayar Uchu se sentó encima quedó petrificado. Los seis hermanos descendieron al valle de río Huatanay, pero Ayar Auca se adelantó y al llegar quedó convertido en piedra. En este lugar Ayar Manco fundó el Cusco y construyó el Inticancha (primer templo del Sol).
No hay comentarios:
Publicar un comentario